viernes, 1 de marzo de 2013

EL MITO DE LA PERSECUCIÓN DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

 Lo que se ha dado en llamar "Historia Sagrada" puede que sea muy sagrada para sus seguidores, pero de historia no tiene nada. Dijo Orwell que "Quien controla el pasado, controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado", que no es más que una variante de la conocida "la historia la escriben los vencedores"


La historia del cristianismo es un gran relato de ficción ya desde sus mismos inicios. Dejando al margen los eventos puramente mitológicos de la dogmática: los dogmas de la Trinidad, la virginidad de María, la resurrección, etc, la historia fué escrita entre interpolaciones: desde el "tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" a los doce Apóstoles (mitológicos) la interpolación de la Antigüedades de Josefo, la epístola de Léntulo, el ciclo de Pilatos y toda la Historia Oficial de la Iglesia escrita por Eusebio de Cesarea en el siglo IV, con su ficticia línea sucesoria de Papas, los falsos martirios de Pedro y Pablo,  hasta el martirologio, pieza fundamental de la Apologética.


Las historias de mártires cristianos fueron en gran parte copiadas de las historias de mártires paganos y si hubo persecución religiosa lo fue en períodos muy concretos de crisis política. Ya en los tiempos de Julio César se persiguieron a los seguidores de los cultos dionisíacos y en distintas épocas a astrólogos y adivinos, aunque casi nunca lo fue por razones religiosas sino políticas. La Roma Imperial fue precisamente sede de los cultos religiosos importados de Oriente por sus legiones de lo más variopinto: creencias egipcias, persas, tracias, frigias, etc, fueron implantándose paulatinamente, proliferando los cultos a Isis, Osiris, Mitra Ahura Mazda, etc, y todo el conjunto de religiones de los misterios.


De los primeros tiempos hasta el Edicto de Milán de Constantino fueron breves y contados los períodos de persecuciones. No existió persecución bajo Nerón, aunque algunos textos de historiadores romanos los Anales de Tácito inducen a confusión, pues en la Roma de aquella época aún no existían los cristianos, aunque posiblemente existiese un agitador llamado Crestus al que convenientemente se le ha llegado a confundir con Cristo. No es hasta la época de Trajano en la que existe una referencia en un rescripto en el que contestaba a una consulta de Plinio el Gobernador de Bitinia sobre como tratar a los denominados cristianos. El Emperador se mostraba tajante en no atender las denuncias anónimas y que, en el interrogatorio se les diese la oportunidad de reconocer la divinidad del emperador para ser absueltos. Os recomendaría el libro "El desafío cristiano: Las razones del perseguidor" de José Montserrat Torrents (Anaya & Nario Muchnik, Madris, 1992)


Por lo demás, fueron breves los períodos de persecuciones, destacando las de Decio y Diocleciano, no más de 10 años en tres siglos. Pero la Iglesia siguió inventando e inventando, hasta el punto de falsificar el Testamento de Constantino I el Grande para heredar las posesiones del Imperio Romano de Occidente en el siglo XIII perpetrada a instancias del Papa Esteban II 


1 comentario:

  1. Muy bueno, voy a poner tu blog en la lista de blogs recomendados de mi blog http://n1kkyt4.blogspot.com/ que lo podras ver a la derecha del mismo en una seccion de blogs recomendados, ojala que en un futuro quieras hacer lo mismo, pero yo lo hago ahora :D un saludo

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